Psicología del Deporte

Profesor Titular de Psicología de la Universidad de Valencia.
Coordinador Nacional del Área de Psicología del Deporte del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España.

MP: En relación a nuestra reciente entrevista quisiéramos retomar el hilo refiriéndonos a la interrelación entre deportes y dopaje, particularmente el consumo de drogas: Qué tanta seguridad proporciona la práctica de un deporte contra la adicción?
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Dr. Enrique Cantón Chirivella: El deporte es una actividad que tiene potencialmente muchas cualidades para actuar como un elemento favorable para disuadir del consumo de drogas, como por ejemplo: el fomento de valores, actitudes y hábitos saludables, el aumento de la autoconfianza y el autocontrol, el favorecimiento de relaciones de amistad positivas, la valoración positiva del esfuerzo, o la percepción de éxito. Lamentablemente, esos efectos positivos no se producen de forma simple y directa sino que se encuentran mediados, fundamentalmente, por el enfoque psicopedagógico y el conocimiento de las ciencias del deporte de los encargados de organizar y dirigir la actividad deportiva. Si éstos son profesionales cualificados y con una clara orientación hacia la persona por encima de otras consideraciones, el deporte podrá servir como un factor protector frente a las adicciones. De plantearse mal el enfoque de la actividad físico-deportiva, por parte de los técnico y también las familias y los propios deportistas, el deporte puede llegar a ser incluso el punto de partida para producir una adicción, como ya se comentara con el tema del dopaje o la vigorexia.

MP: Qué factores deben considerarse para lograr encauzar el deporte sanamente?

Dr. Enrique Cantón Chirivella: Si partimos del concepto de salud, no como mera ausencia de enfermedad, sino desde la ya muy conocida definición de la Organización Mundial de la Salud, es decir, como un estado de bienestar físico, social y psicológico, es evidente que el deporte multiplica sus posibilidades como actividad potencial de salud. Ésta no solo aumentaría el bienestar físico con sus muchos posibles efectos beneficiosos (incremento capacidad cardiorespiratoria, control peso corporal, mejora del tono muscular, etc.) , sino también los de carácter psicológico y social (mejora de la libido, reducción del estrés y del sedentarismo, aumento de las habilidades de autocontrol, mejora del estado de ánimo, aumento de la red de apoyo social, aumento de la autoestima,...) Sin embargo, y siguiendo la línea argumental que vengo planteando, estos efectos positivos sobre la salud son viables, siempre que se tengan en cuenta otras cosas adecuadamente.

Hay que comenzar por atender y reducir los factores de riesgo, entre los que podemos mencionar como relevantes los siguientes: la presión excesiva hacia el rendimiento y la fijación con los resultados –que paradójicamente se alejan más cuanto más presión inadecuada ponemos-; promover actitudes y valores que lleven a mantener relaciones socialmente “insanas” (violencia, machismo,...); experimentar emociones desagradables (ansiedad, miedo...); o elaborar planes de entrenamiento y competición inadecuados (riesgo de lesión, de dopaje o de desarrollar algún trastorno como la vigorexia o la anorexia). Todo ello requiere que los profesionales del deporte se preocupen por formarse, ampliando sus y reciclándose, que desarrollen habilidades personales para la gestión de su labor (empatía, comunicación, capacidad de motivar,..), y que sepan trabajar interdisciplinarmente apoyándose en otros especialistas del deporte o si el caso lo requiere, de fuera de él.

MP: Qué peligro existe del burnout por un manejo inadecuado del Deporte y brevemente, en qué consiste este fenómeno?

Dr. Enrique Cantón Chirivella: Genéricamente, el burnout, que se suele traducir al español como “estar quemado” o, de forma más técnica, agotamiento emocional, es un fenómeno relacionado con el experimentar de forma continua niveles elevados de estrés sin que las estrategias de afrontamiento que emplea la persona pueda eliminarlo adecuadamente. Una de las definiciones más conocidas es la de Maslach y Jackson (1981) quienes la definen como “Un síndrome tridimensional caracterizado por Agotamiento Emocional, Despersonalización y Reducida Realización Personal” De hecho en España existe una escala de evaluación de este fenómeno en el ámbito deportivo desarrollado por el Dr. Enrique Garcés de los Fayos, de la Universidad de Murcia, que está estructurada en esas tres dimensiones básicas.
El riesgo de sufrir el síndrome del burnout en el deporte es muy real y además más frecuente de lo que podemos imaginar. Hay toda una serie de factores de riesgo que contribuirían a que un deportista pueda llegar a ese punto.

En primer lugar, podemos referirnos a algunas características personales del deportista, aunque lógicamente también están sometidas al proceso de aprendizaje, de cambio e influencia externa, especialmente en las edades tempranas, como son por ejemplo la inestabilidad emocional, la falta de ilusión, un escaso control emocional, tensión elevada, competitividad mal planteada o poca habilidad en la expresión de sentimientos. Otros factores del entorno deportivo, también puede contribuir a potenciar los riesgos del burnout, entre los que cabe mencionar un estilo de interacción y comunicación negativa del entrenador, excesivas demandas de energía, tiempo y resultados; ausencia de refuerzos; la frustración repetida de expectativas, o la falta de apoyo por parte de las personas de referencia. Por eso sería aconsejable que la actividad deportiva estuviera kopior klockor bien estructurada, con una buena planificación de objetivos, flexible y profesional, que evitara el tedio o la sobrecarga, que genere un adecuado clima motivacional y frene la espiral de saturación, reduciendo algunas demandas y aumentando el disfrute. Obviamente, un adecuado entrenamiento psicológico contribuiría a compatibilizar el esfuerzo requerido para la mejora del rendimiento con la potenciación de un estado emocional equilibrado, además más satisfactorio y saludable para el deportista.

MP: Agradecemos su disposición y ayuda y esperamos tener la oportunidad de otra entrevista en el futuro.